En Chile son cada vez más las marcas que buscan hacer una moda más consciente y de ritmo más pausado, promoviendo el mercado nacional y siendo una alternativa al retail.
En la actualidad, casi el 93 % de lo que se vende es fabricado en países asiáticos, europeos o en países vecinos latinoamericanos. Prendas que recorren un largo camino hasta llegar a nuestras manos.
Si bien, Chile no es un país productor de materias primas (más allá de la lana y otros pelos), si podemos acercar lo local a la región. Como por ejemplo: Diseñar en Chile, obtener materiales de Perú y confeccionar nuevamente acá. Este tipo de práctica la podemos conocer como nearshoring , trasladar ciertos procesos a países cercanos, donde generalmente comparten fronteras.
Es por ello que las prendas, denominadas de kilómetro cero, posibilitan aumentar el desarrollo de la economía local y disminuir considerablemente la distancia que recorre nuestra ropa antes de ser vendida; y por supuesto reducir los costos ambientales asociados a la distribución de estas prendas; pero si bien es sustentable que una vestimenta este “Hecha en Chile”, no necesariamente es sinónimo de sostenibilidad sino está asociado a un trabajo justo y ético.
Comprar localmente es clave para redefinir el consumo y transformarlo en una práctica mejor y segura; ya que al ser una cadena de suministro mucho más corta nos entrega 2 grandes ventajas:
Al ser diseñados y producidos cerca, posibilita la visualización y seguimiento de los procesos desde su origen, facilitando su trazabilidad. Y a la vez, la transparencia, debido a que las marcas pueden tener una mejor comunicación con sus consumidores, entregándoles información más precisa, formando lazos de confianza y mostrando quienes están detrás de los procesos ¿Qué mejor que conocer al diseñador o artesano que hizo tu ropa?
Así que al momento de comprar , prefiere lo local, siempre priorizando la calidad de las prendas, la producción ética y el bajo impacto medioambiental de los materiales. Tu decisión de compra definirá el futuro.